Cómo formar equipos resilientes

La resiliencia es el proceso que nos permite adaptarnos, recuperarnos y fortalecernos ante situaciones adversas. En el lugar de trabajo, los equipos resilientes confabulan para hacer mejor frente ante las adversidades, a través de la claridad de los objetivos y las conexiones sólidas.

Los líderes resilientes son la primera línea para formar equipos que se recuperan ante la adversidad en los retos del lugar de trabajo. Sin embargo, la resiliencia representa más que una plática sobre lo que es.  Entonces, ¿cómo es que se logra instaurarlo en los equipos?

El potencial de un liderazgo resiliente es fundamental en la formación de los directivos exitosos. Desarrollar rasgos de esta competencia, ocasiona que los líderes sean más conscientes de cómo gestionar a los colaboradores directos en situaciones adversas.

Un líder emocionalmente consciente y resiliente mantendrá a los equipos unidos en tales circunstancias, respondiendo más eficazmente e incluso fortaleciendo su relación con los colaboradores. 

Microtip:

Los líderes son un modelo de comportamiento y aquellos que se diferencían de la norma, no suscriben la cultura de agotamiento.

El liderazgo que crea equipos resilientes lo hace mediante el rechazo de las culturas de trabajo poco saludables y modelando los límites en lo que respecta a la conciliación de la vida laboral y familiar. No se adhieren a la idea de que ellos y sus equipos tienen que estar siempre disponibles y “activos” para tener éxito. Priorizan su bienestar y muestran compasión por sus equipos apoyando el valor de tomar descansos regulares, incluyendo desconectarse al final del día y los días de vacaciones.

Eso no significa que estos equipos no sean productivos. De hecho, según numerosos estudios, los equipos que priorizan el bienestar son más productivos. Lo que significa que son mucho más ágiles y están menos centrados en la cultura del trabajo por horario y más en la cultura de alcanzar los objetivos. De este modo, construyen equipos resilientes, centrados y preparados para el futuro.

¿A qué nos referimos cuando hablamos sobre resiliencia en el trabajo?

Pensemos en un lugar de trabajo que está experimentando un cambio radical. Lo esperado es que los efectos de un estrés continuo lleguen a ser perjudiciales para el personal. Al fin y al cabo, su sustento puede estar en juego. Un estudio realizado por dos consultores de gestión estudió este mismo fenómeno.

Durante un periodo de doce años, S. Maddi y D. Khoshaba estudiaron a los empleados de una empresa estadounidense en una época en la que este sector estaba siendo desregulado. La empresa cambiaba constantemente y los puestos de trabajo estaban en juego. Sin embargo, lo que mostró la investigación fue muy sorprendente.

Durante el período de doce años en que se realizó el estudio, casi el 50% de los empleados perdió su empleo y otros dos tercios experimentaron acontecimientos vitales estresantes (entre ellos, divorcios, problemas de salud mental como depresión y ansiedad, e infartos).

A pesar de ello, un tercio de los trabajadores no sólo sobrevivió al desafío al que se enfrentaron, sino que prosperó.

“Los empleados resilientes son capaces de gestionar el estrés de forma eficaz para que no sea abrumador y perjudicial”

– Davis Laak, 2014

Los lugares de trabajo modernos están ciertamente caracterizados por el estrés. La tecnología y el acceso a Internet hacen que, para muchos, el trabajo sea una presencia constante. 

Difícilmente podemos evitar todos los eventos adversos que suceden en el lugar de trabajo, pero la responsabilidad de sobrellevarlos, corresponde a los líderes quienes definirán el grado de impacto que ocasionará en la vida y el trabajo de sus equipos.

Ahora te compartiremos sobre las estrategias más utilizadas para formar equipos resilientes y prosperar en el alcance de los objetivos que requerirá de la participación de todos en la organización para alcanzarlos.

1. Reinicia la relación con tu equipo.

Si alguna vez hubo un momento que exigiera un nuevo liderazgo, es éste.

La gente desea un liderazgo fuerte con claridad en la comunicación. Muchos luchan contra la soledad y el aislamiento y, según un estudio de Salesforce, más de un tercio de los empleados dicen sentirse menos conectados con sus colegas cuando trabajan a distancia. La mayoría de los colaboradores considera que los empleadores deben hacer más para apoyarlos en los aspectos más importantes.

Una gran parte de la conversación sobre el regreso al trabajo se centra en la seguridad física y en cómo la tecnología puede permitirnos ser productivos en la nueva normalidad.

Esto es importante, pero a menudo se pierde el debate sobre el estado mental y emocional de las personas. La productividad no tiene que ver sólo con la tecnología. También tiene que ver con las personas. Y ahora mismo, muchas personas se sienten más estresadas que nunca.

Para los líderes, esto supone una oportunidad para ejemplificar un buen modelo de liderazgo. Necesitamos conectar con la gente de forma personal.

Comprueba con cada miembro de su equipo su carga de trabajo

2. Crea una base segura para tu equipo

Existe un punto clave para los equipos resilientes, y este es la seguridad psicológica. Piensa en todos los demás componentes que necesita un equipo para ser resiliente. Quizás en tu mente crees que se necesita innovación, conectividad, excelentes habilidades de comunicación y un gran trabajo en equipo.

Sin embargo, también es necesario que todas estas cosas fluyan juntas sin problemas. Eso no funciona sin seguridad psicológica.

Cuando las personas tienen miedo de compartir sus ideas o de expresar lo que realmente piensan, eso supone un bloqueo y, a su vez, provoca un cuello de botella en la producción y el flujo.

Los líderes son responsables de crear ese clima y de seguir sosteniéndolo en los momentos difíciles. Lo hacen compartiendo las victorias del equipo, discutiendo abiertamente los fracasos e invirtiendo el tiempo necesario para que el equipo se sienta realmente como un equipo.

Esto significa asistir a las reuniones virtuales del equipo, no cancelar las reuniones individuales e incluso participar activamente en el grupo de mensajes del equipo. ¿No crees que este tipo de cosas son importantes? La evidencia muestra que sí importan.

3. Los grandes líderes empoderan a sus equipos

Los líderes de los equipos resilientes no son partidarios de la idea del liderazgo tradicional y autoritario. En su lugar, pretenden empoderar. Tratan de fomentar la autoeficacia en la medida de lo posible. Los líderes estratégicos saben que sus equipos son más resilientes cuando son capaces de ser lo más autónomos posible; cuando se confía en ellos para que resuelvan problemas, generen soluciones y confían en sus propias habilidades para obtener resultados.

En tiempos de crisis, incertidumbre y agitación, como los que podemos estar atravesando ahora, nuestra capacidad de recuperación interior es nuestro recurso más importante. Tiene que ser el cimiento sobre el que construyamos nuestra nueva normalidad.

Las empresas se dan cuenta de que cualidades como la concentración, la empatía, la constructividad y la inclusión son esenciales para ganar el futuro. Pero no podemos simplemente apretar un interruptor y encender esas cualidades.

Para acceder a nuestra creatividad y capacidad de innovación en medio de la incertidumbre y el caos, primero hay que entender y satisfacer nuestras necesidades emocionales.

Estos recursos internos son los pilares de la productividad. Pero no podemos aprovecharlos cuando estamos tan ansiosos y estresados como la mayoría de la gente en este momento.

Microtip:

No podemos crear y poner en práctica nuevas soluciones para el futuro si estamos luchando simplemente para pasar el día.

Por eso, el punto de partida de las soluciones siempre se va a centrar en el conocimiento de uno mismo, porque ¿cómo pueden los líderes y los equipos aprovechar sus puntos fuertes si no saben cuáles son? Los buenos líderes saben que cuando ellos -y sus equipos- son conscientes de sí mismos, el impacto de ello hablará por sí mismo. Serán más ágiles, más atrevidos y más eficientes que nunca. Y cuando necesitan profundizar y prepararse para esos momentos adversos, la resiliencia entra en acción.

4. Destaca la capacidad de resiliencia mental de tu equipo.

Como líder, puedes cambiar la conversación para centrarte en los retos y ansiedades con los que la gente está luchando realmente, y darles herramientas para desarrollar la resiliencia.

La ciencia nos dice que la resiliencia es una habilidad y un músculo que podemos desarrollar. La Dra. Tara Swart, neurocientífica del M.I.T. Sloan, explica que “nuestra capacidad de aguantar y recuperarnos de la adversidad es una capacidad que puede construirse en nuestro cerebro”.

Todo empieza por dejar atrás una norma cultural que ha estado en la raíz de la crisis de la salud mental: la creencia de que tenemos que estar siempre encendidos, en lugar de lo que realmente son: inversiones en nuestra propia salud, competencias y productividad, y en el rendimiento y el éxito de nuestra empresa.

Microtip:

En su próxima reunión de equipo, cuente a sus colaboradores directos cómo se cuida a sí mismo

La clave de la resiliencia es la recarga. Y no sólo la recarga física: nuestro cerebro necesita descansar tanto como nuestro cuerpo. Empieza por parar estratégicamente y dar un par al autoconocimiento. Necesitamos darnos a nosotros mismos y a nuestros equipos los recursos para ser resilientes creando períodos de recuperación mental y física.

Muchos de nosotros nos sentimos estancados en este momento. Pero podemos cambiar nuestra mentalidad y pasar de centrarnos en lo negativo a centrarnos en nuestra propia capacidad de cambiar, mejorar y perseverar. Esto se conoce como mentalidad de crecimiento, y es especialmente importante cuando se trata de desarrollar la resiliencia.

5. Recuerda que la resiliencia es dinámica

Microtip:

La resiliencia es un proceso activo y dinámico. Según el Centro para la Confianza y el Bienestar (2006)

Aunque algunas personas parecen nacer con más resiliencia que otras, aquellas cuya resiliencia es menor pueden aprender a potenciar su capacidad para afrontar y prosperar cuando las cosas se ponen difíciles. Así pues, ¡La resiliencia puede mejorarse!

El rasgo de personalidad de la resiliencia amortigua o disminuye los efectos negativos de los acontecimientos estresantes o la adversidad (Jackson, Frito y Edenborough, 2007). Es posible aprender hábitos y estrategias para aumentar la resiliencia. Desarrollar estrategias eficaces para reducir la vulnerabilidad al estrés en el trabajo y el impacto de la adversidad laboral, fortalece y desarrolla la resolución de problemas y el trabajo en equipo.

Prosperar no consiste en exigir que el mundo externo que nos rodea sea exactamente como queremos. Se trata de ser capaces de conectar con nuestros recursos internos que nos permiten hacer frente a cualquier cosa que el mundo externo nos depare.

Para entender lo que constituye la resiliencia en el lugar de trabajo, ponte a pensar en lo que hacen tus colaboradores cuando se enfrentan a una adversidad o reto difícil en el lugar de trabajo. ¿Qué es lo que diferencia a quienes consideras que sean los colaboradores resilientes del resto del grupo?. ¿Qué es lo que estos colaboradores hacen de forma diferente?

Por último…

Los empleados resilientes establecen fuertes conexiones y relaciones con los demás (Davis Laak, 2014). Estas relaciones de alta calidad pueden caracterizarse por una serie de rasgos. Las conexiones se caracterizan por una comunicación eficaz en la que un individuo escucha activamente y responde a su colega y a sus emociones (Davis Laak, 2014).

En las relaciones positivas en el lugar de trabajo, un trabajador resiliente hará lo que pueda para ayudar a otra persona a alcanzar el éxito en el lugar de trabajo. El trabajador resiliente es un jugador de equipo que aspira a ganar con sus compañeros de trabajo.

El apoyo social desempeña un papel importante en la resiliencia en el lugar de trabajo (Jackson, Firtko y Edenborough, 2007). Es beneficioso desarrollar redes personales y profesionales, que pueden ser una fuente de empoderamiento y dirección en momentos de estrés o simplemente proporcionar una relación nutritiva.

Te recordamos que puedes utilizar los siguientes enfoques de los que hemos hablado en los artículos anteriores como punto de partida para desarrollar una mayor resiliencia en los equipos:

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